Con el fin de brindar un panorama de las más acertadas pedagogías para un entorno educativo digital y a su vez compartir experiencias innovadoras de enseñar y aprender en esta nueva era, se realizó recientemente en Lima el VII Congreso Internacional Santillana.
El especialista en Ciencias de la Educación y Nuevas Tecnologías de la Información y directivo de dicha editorial, Miguel Barrero, planteó que el uso de las tecnologías de la comunicación (TIC) en las aulas generará nuevos contenidos y competencias que se deberán incorporar a los currículos.
Esto, añadió, permitirá asegurar que los escolares sean ciudadanos formados para la sociedad del conocimiento y que tengan las competencias que demandará el mundo del trabajo, indicó en su ponencia sobre la "Gestión de la innovación: Tecnología y Educación".
"Estas competencias son las llamadas habilidades del siglo XXI, las cuales se pueden resumir en las siguientes: Creatividad y capacidad de innovación, pensamiento crítico, colaboración y trabajo en equipo, cultura digital, ciudadanía global, habilidades de comunicación y, por último, espíritu emprendedor y liderazgo", indicó.
UN NUEVO PARADIGMA EN LA EDUCACIÓN
Refirió que la nueva sociedad del conocimiento propone un cambio de la escuela que ha servido a los modelos industriales. Esta se ha basado en una transmisión del conocimiento en la que el alumno tiene un papel básicamente receptivo y el profesor un rol de autoridad en el saber, así como en una metodología con un fuerte componente expositivo y unidireccional.
“Lo que se busca es un nuevo paradigma en el cual el alumno cobre el protagonismo del aprendizaje y donde el conocimiento sea un proceso de descubrimiento y construcción. En ese escenario, las formas de enseñar adquieren las siguientes características: pedagogías de significado (prioriza el sentido del aprendizaje y su relación con situaciones reales de la vida) y pedagogías individualizadas (donde se dará un trato personalizado a los alumnos)”, enfatizó el ponente.
Mencionó además que los impactos en otras esferas de la vida escolar, al cambiar los contenidos y los métodos de enseñanza, apuntan a girar claramente a una evaluación por competencias, a ganar flexibilidad en la organización escolar (de horarios, de disposición del espacio, etc.), y que los roles de profesor y alumno adquieran nuevas dimensiones.
En este sentido, dijo, el estudiante es más investigador y descubridor, mientras que los maestros son guías, tutores, orientadores, gestores de equipos y tiempos.
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